El artista que surge a partir de la segunda mitad del siglo XX ya no se ve limitado por un estilo, un medio o incluso por una formación formal artística; es decir, se vuelve un nómada. Robert Smithson es uno de los muchos representantes del nomadismo artístico en sus múltiples expresiones. Por un lado, su nomadismo se puede ver reflejado en el paso del arte pictórico enfocado en el cuerpo a un arte en el que el paisaje y la obra de arte se hacen uno o en la multidisciplina de sus Earthworks. Por el otro lado, representa la idea más básica del nomadismo; sus obras representan “elementos del nomadismo [que] se combinan de hecho con elementos de migración, de itinerancia y de trashumancia, que no empañan la pureza del concepto, pero que introducen objetos siempre mixtos, o combinaciones del espacio y de composición.”[1]
Robert Smithson se puede entender como un nómada artístico al abandonar sus prácticas de pintura y dibujo, así como su interés por el cuerpo para enfocarse en la física. Específicamente, su nomadismo comienza con la segunda ley de la termodinámica que dice que la entropía predice el eventual agotamiento y colapso de cualquier sistema. Sin embargo, su interés científico no para ahí. También tiene un gran interés por la geología y la mineralogía. Estas distintas disciplinas científicas, junto con un nuevo interés por la arquitectura de paisaje, lo llevan a crear los Earthworks, un nuevo tipo de arte en el que se violenta el espacio de la tierra para crear una obra de arte efímera.
Los Earthworks de Smithson representan la idea más básica del nomadismo. El artista estadounidense viajó por el mundo creando obras de arte como Spiral Jetty (1970) en Utah, Broken Circle (1971) en Holanda, Asphalt Rundown (1969) en Italia o Glue Pour (1969) en Canadá. Aquí se refleja el concepto de la trashumancia, i.e., de que el nómada deja una huella por dónde pasa. Esto es un elemento común en el Land Art como se puede ver con A Line Made by Walking (1967) de Richard Long o con cualquier obra de Andy Goldsworthy en su película Andy Goldsworthy’s Rivers and Tides (2001) en la que los artistas flaneurs crean una obra de arte ya sea sólo caminando y dejando un rastro en el caso de Long o haciendo arte con objetos que se encuentra en el camino. A su vez, las obras de Smithson reflejan la idea de que el nómada no se queda en un solo lugar, así como no se queda con los mismos materiales ni en la misma disciplina.
A través de los Earthworks y el Land Art, el arte cambia completamente la idea del artista cómo nómada y como flaneur. Este arte cambia el significado de caminar, dejar una huella y expanderse para implementar otras disciplinas y medios. Sin embargo, estas corrientes del arte contemporáneo presentan obras que son efímeras cuya pregunta constante es ¿debemos de hacer algo para conservarlas para siempre o deberíamos respetar lo efímero como parte de la obra? La respuesta puede variar si se ve desde distintas perspectivas. No obstante, el nomadismo como concepto y como forma de entender estas piezas responde diciendo que deben de desaparecer ya que “el nomadismo como movimiento”[2] implica que hay un camino que se toma, que no se permanece en un solo lugar y que hay una constante búsqueda por encontrar algo más.